Aprendí pronto a caminar para poder seguir el incansable y alocado ir y venir de las hormigas en la tierra del parque. El resto era muy predecible: de las primeras arañas y mantis religiosas fui pasando a la cobaya, el conejo, los perros, los gatos, psitácidas, los caballos, diferentes especies exóticas (condou, nutrias, papagayos, rapaces, …). Y para que mi observación fuera acompañada del conocimiento necesario, he buscado formarme en cursos y seminarios que me han convertido en el profesional que soy hoy.